Un velatorio no es algo agradable, pero tiene una parte buena. Es un momento de reunión entre familiares, allegados y amigos del difunto. Personas que quizá lleven años sin verse, así que también es un instante para la emoción y el recuerdo. Quienes están presentes, hacen un homenaje en vida a quien ya se ha marchado, hablando entre ellos y recordando buenos momentos.
Esta reunión ayuda a todos los asistentes a sentirse mejor frente a la pérdida y a empezar a procesarla. Si ese instante con nuestros seres queridos nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, ¿por qué no reunirnos después con más tranquilidad?
Una celebración juntos como homenaje en vida
En muchas culturas es costumbre que después del entierro o la cremación del difunto los familiares y los amigos se reúnan alrededor de una mesa. La comida y la bebida son la «excusa» perfecta para pasar un tiempo juntos y recordar los buenos instantes vividos junto al fallecido. Así, la tristeza se diluye un poco.
Es posible que justo después del fallecimiento no tengas ganas de un evento de este tipo, así que lo que te proponemos es celebrarlo más adelante, cuando el dolor se haya mitigado. Una conmemoración gastronómica a la que pueden asistir las personas más cercanas al fallecido. Seguro que todas ellas estarán encantadas de acudir y compartir un tiempo con familia y amigos.
Queremos que os sintáis cómodos en todo momento, así que nuestra propuesta se lleva a cabo en un lugar simbólico y de forma totalmente íntima, no estaréis en contacto con otros comensales.
Tras disfrutar de la compañía y la comida, llegará el momento de que los presentes le hagan un homenaje en vida a la persona que ha partido. Lo haremos a través de un vídeo homenaje que nuestro equipo se encargará de crear con los vídeos, fotos y mensajes que nos proporcionéis.
Un ritual personalizado
Se trata de que esta reunión se convierta en un ritual personalizado de despedida, y para ello contaréis en todo momento con el apoyo de un maestro de ceremonias si así lo deseáis, e incluso con música en directo. Todo esto en un local privado, con un ambiente acogedor e íntimo, con una comida o una cena gourmet, y la retransmisión del vídeo homenaje.
Si tu ser querido era una persona que amaba la vida y le gustaba estar rodeado de amigos y familiares, no nos cabe la menor duda de que esta forma de despedida le parecería la mejor opción.
Sabemos que tras la emisión del vídeo homenaje las emociones se disparan, así que después haremos un brindis en memoria del ser querido y por la salud de todos los presentes. Por supuesto, también habrá tiempo de sobra por si alguno de los asistentes quiere leer algún mensaje de despedida, o incluso un mensaje de agradecimiento a todos los que han acudido a la reunión.
Perder a alguien especial siempre es un momento complicado, pero confiamos en que un homenaje en vida de los que se han quedado aquí, a quien ha partido, sea útil para empezar a cerrar el capítulo del duelo y afrontar la nueva situación. ¿Quieres hacer una despedida tan original y emotiva como esta? En Iteralix estaremos a tu lado en todo momento.